La estrategia de comunicación del Partido Popular en la crisis vivida en los últimos días, que ha conducido al rescate del sistema bancario español por parte de la Unión Europea me ha recordado la lectura de un libro de George Lakoff titulado No pienses en un elefante: lenguajes y debate político. Aquel libro, publicado en 2004 en Estados Unidos y traducido al español unos años más tarde en una edición de la colección Foro complutense de la UCM, fue un best-seller en el mundo editorial norteamericano, aunque en España su circulación fue más reducida. Logré hacerme en su día con uno de los ejemplares de su primera edición, pero hoy en día cualquier puede leerlo en PDF gracias a esas "almas caritativas" que se dedican a difundir en Internet lo que otros escriben. Releyéndolo estos días he comprobado que la estrategia del equipo de comunicación de La Moncloa consiste en que los españoles no pensemos en la evidencia del rescate, aunque parezca imposible no hacerlo.
Cierto es que para alcanzar esos fines el Gobierno dispone de todo el aparato de propaganda del Estado y, por si fuera poco, también del de determinada prensa, como el diario La Razón, cuyo portada de ayer domingo negaba la evidencia del rescate mediante un simil futbolístico poco afortunado. Pero la realidad del rescate es lo suficientemente grande (más que un elefante, en el sentido político que el término tiene en Estados Unidos), que por mucho que se empeñe el Partido Poipular y sus voceros mediáticos, el pueblo español no tardará en percibir cuán grave es la situación en que nos encontramos. Además, lo que no está calibrando bien este Gobierno es que la campaña de comunicación interna (la negación del rescate) puede terminar por irritar a las opiniones públicas que sustentan a los Gobiernos de aquellos países que han aceptado financiar la deuda de nuestro Titanic bancario. Algunas evidencias empiezan a manifestarse en la prensa de hoy lunes y, a buen seguro, continuarán en los próximos días.
Pero la pregunta que nos hacemos los españoles, cuando vemos cómo la Unión Europea acude al rescate de nuestro sistema bancario es quién nos salvará a nosotros. ¿Quién acudirá al rescate de nuestro sistema educativo? ¿Quién salvará del colapso a nuestro sistema público de Salud? ¿Quién pondrá toda la carne en el asador por la defensa de los derechos que tanto esfuerzo nos ha costado obtener desde la muerte del dictador Franco? La situación es tan dramática que ni siquiera los éxitos de un Nadal en el Roland Garros o la actuación de la selección española de fútbol en la Eurocopa 2012 nos ayudarán a abstraernos de nuestra depresión. Vivimos tiempos de tanta mediocridad (de la que nuestros políticos de uno u otro partido son la mejor muestra) que no creo que en los manuales de Literatura del futuro se hable de una generación literaria que retrate lo que está sucediendo en nuestro país. Estamos demasiados ocupados en alimentar nuestros perfiles en las redes sociales como para preocuparnos en escribir algo más que 140 caracteres.
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