Decía hace años un investigador catalán que investigar en España es llorar. Para los que investigamos en Canarias y resistimos como la vieja sabina de El Hierro, es mucho peor que eso. Hace una semana el Archivo histórico provincial de Las Palmas anunciaba a quienes acuden a diario a sus instalaciones, que debía cerrar la sala de investigación por falta de personal para atenderles, debido a los recortes en el presupuesto. Unos días más tarde, la Agencia Canaria de Investigación y Sociedad de la Información (ACIISI), creada por el Gobierno para gestionar las inversiones de I+D+I en la región anunciaba que, entre las medidas de ajuste presupuestario del año próximo, se incluía la cancelación de todas las becas de investigación concedidas en su día. Dicho en otras palabras, los mejores expedientes de nuestras universidades, que después de someterse a un proceso de evaluación extremadamente competitivo, accedieron a una beca de investigación para hacer sus Tesis Doctorales, ven cómo el Gobierno corta de un plumazo su recién iniciada carrera investigadora y los envía, directamente, a la calle. Pero no solo los becarios son los grandes perjudicados de esta drástica decisión, sino también las universidades canarias, que dejarán de recibir los fondos que, hace unos años, les permitieron crear unas estructuras para la captación y gestión de los recursos externos para sus grupos de investigación, cuyos técnicos también deberán ser despedidos. Tanto la Universidad de La Laguna como la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han manifestado su oposición a esta medida y están presionando para que se reconduzca la situación. Los jóvenes investigadores de Canarias también se están movilizando para frenar este disparate. Esperemos que sirva de algo.
Lo que Juan Ruiz Alzola, director de la ACIISI, pretende hacer es, simple y llanamente, un cierre patronal de la I+D+I en Canarias. Y, sobre todo, laminar el protagonismo de las universidades canarias en el sistema de investigación de la región. No es algo que haya empezado a hacer ahora. Lleva mucho tiempo haciéndolo. Primero fue a través de la financiación encubierta del tejido empresarial canario más afín, a través de los llamados bonos tecnológicos; después fue la supresión de los programas de becas postdoctorales y las estancias del PDI en otras universidades; después vinieron los recortes en las convocatorias competitivas de proyectos de investigación (la última fue en 2010, después de varios años sin convocarse y, desde hace dos años, seguimos sin financiación autonómica para investigar)... Estas actuaciones han venido acompañadas de numerosas críticas por parte de los actores implicados, pero a la luz de las últimas actuaciones de la ACIISI está claro que han sido de tan baja intensidad que ahora se atreve, simple y llanamente, al desmantelamiento de lo poco que quedaba en pie.
Mientras tanto los canarios seguimos asisitiendo al derroche de dinero público en capítulos que todos conocemos (un simple vistazo al proyecto de Ley de presupuestos 2013 permite comprobarlo) y, en materia de I+D+I, a la bochornosa financiación pública de la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN). Para quienes no conozcan de qué se trata, les diré que es una megalomaníaca superestructura a través de cuya financiación se están tirando al mar, literalmente, decenas de millones de euros. Hace ya tiempo el tristemente fallecido Guillermo García-Blairsy denunció este disparate allí donde le dejaban oir su voz, pero sobre todo a través de su blog personal Bioironía, que muchos leíamos y que ahora, tristemente, está silenciado. ¿Qué nos falta por ver a los/as profesores/as e investigadores de Canarias para movilizarnos? ¿Qué más le queda por hacer a Juan Ruiz Alzola, bajos las órdenes directas de Paulino Rivero, para acabar con la investigación en las universidades públicas canarias? Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?