miércoles, junio 28, 2006

El regreso de la momia

Que las elecciones de la primavera de 2007 están a la vuelta de la esquina es algo ya sabido. Y que van a ser muy reñidas, aún más. Así las cosas, no es de extrañar que el político de turno intente lograr su cuota mediática, abrazándose a cualquier causa, con tal de rebañar votantes y lograr una buena foto. La que ilustra este post es de manual de candidato. En ella, Ricardo Melchior, a la sazón presidente del Cabildo Insular de Tenerife, aparece junto al Director insular de Cultura, observando la momia guanche que se conserva en el Museo Nacional de Antropología (Madrid, España). El titular que acompaña a la noticia publicada en el diario El País el pasado domingo muestra los deseos del político tinerfeño por lograr el regreso de la momia a la isla de Tenerife. Las noticias publicadas en los medios locales (CanariasAhora o La Opinión de Tenerife, por ejemplo), glosan los detalles del debate en el Senado acerca del futuro de una momia que, desde el siglo XVIII, reside en la Villa y Corte y que, desde el siglo XIX, forma parte de las colecciones del poco conocido Museo Nacional de Antropología.
El debate en la calle está servido, a juzgar por lo que llega a oídos de uno: "Que nos devuelvan la momia", "Es nuestra y se la llevaron sin nuestro consentimiento", "Si les devolvieron a los catalanes los papeles de Salamanca, que nos devuelvan a nosotros la momia", ... No ha faltado incluso quien se ha referido a la momia como si fuera un antepasado directo suyo, en lo que parece un revival del guanchismo decimonónico, o de su variante radical del postfranquismo. Francamente, lo que opine eso que solemos llamar la gente de la calle, es lo de menos. Me preocupan mucho más las declaraciones a los medios de quienes, por su formación universitaria, e incluso por las responsabilidades que tienen, deberían desmarcarse de afirmaciones que hacen sonrojar a quien las lee. Me refiero, verbigracia, a las declaraciones en El Día (casualitas casualitatis) de algún prehistoriador, que simultanea su abnegada labor docente en la Universidad de La Laguna con la de "Coordinador insular de la Comisión Ideológica y Desarrollo Estatutario de Coalición Canaria en Tenerife" (el comentario sobre la denominación del cargo y los paralelos que me vienen a la cabeza los dejo para otro momento).
Lo que más me preocupa de esta cuestión no es si la momia debe o no volver a Canarias, o el concepto de la exhibición museográfica en Madrid, sino la utilización partidista y acientífica del Patrimonio Histórico de Canarias. Quienes conocemos muy bien en qué situación se encuentra nuestro Patrimonio Histórico y la desidia, cuando no simple incuria, con que ha sido tratado hasta la fecha por los sucesivos gobiernos de Coalición Canaria, no dejamos de sorprendernos del entusiasmo por abanderar una causa que, además, puede provocar efectos colaterales por estos lares. Para empezar, el municipio de Gáldar ya reclama para el recién creado (y aún no inaugurado) Museo del Parque Arqueológico de la Cueva Pintada todos los fondos de este yacimiento que posee El Museo Canario (lean la noticia publicada en CanariasAhora). Es de esperar que muy pronto harán lo propio los Cabildos insulares de La Palma y Fuerteventura con los abundantes restos arqueológicos de sus respectivas islas que se conservan en ese museo tinerfeño cuyo nombre está tan alejado de los tiempos en que vivimos y del concepto contemporáneo del género en la Historia.

sábado, junio 03, 2006

Comparaciones odiosas

Leía hace unos días en el blog de un colega de mi Universidad sus vivencias en una reciente visita al Silicon Valley, y en particular la grata impresión que le causó su visita a la Universidad de Stanford. Como no bastaba sólo con glosar las excelencias de esta universidad norteamericana, no se le ocurrió mejor cosa que comparar la situación de una de las mejores research universities de Estados Unidos (y por extensión del mundo) con las universidades "de por aquí", particularmente con la suya, que también es la mía. La verdad es que hablar de la calidad de las universidades en Canarias viene a ser como nombrar la soga en casa del ahorcado, ya que después de quince años de gobierno de Coalición Canaria, la situación no puede ser más dramática. Mientras las universidades españolas marchan, con pasos titubeantes, hacia la convergencia europea, las dos universidades públicas que existen en la Comunidad Autónoma de Canarias se alejan cada vez más de la convergencia con las universidades de su propio país. Dicho en pocas palabras, para que lo entienda cualquiera que lea estas líneas: las universidades canarias están a la cola del sistema universitario español.
Y no es porque lo diga yo, sino porque así lo viene diciendo, desde hace ya unos años el ranking universitario del diario El Mundo, que el pasado mes de mayo, con su puntualidad habitual desde hace cuatro años, ha publicado el ranking de las mejores titulaciones del territorio español y el ranking de las mejores universidades, tanto públicas como privadas, para el próximo curso 2006-2007. Un vistazo al ranking de las universidades públicas permite comprobar que la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria aparece en el puesto nº43 de 44, mientras que la Universidad de La Laguna ni siquiera aparece (me imagino que debido a que sus responsables han decidido no facilitar más datos al diario madrileño, vistos los resultados de ediciones anteriores). Es lamentable que estos resultados sean leídos a lo largo y ancho de España y que a nadie se le caiga la cara de vergüenza por estos lares. Mientras tanto, los escasos recursos económicos se invierten en iniciativas como el Campus de la Excelencia, escrito con E de estupidez.
Me imagino que habrá quienes afirmen que el ranking de El Mundo no tiene ningún rigor (por cierto, es el único ranking universitario español que aparece incluido en el Informe CYD 2005, titulado La contribución de las universidades españolas al desarrollo). Quienes estén tentados de esgrimir semejantes argumentos, deberían echar un vistazo al informe de la ANECA donde se recogen las universidades españolas que han obtenido más menciones de calidad para sus programas de doctorado. Podrán comprobar que las que aparecen en cabeza en este particular ranking son las mismas que encabezan el de El Mundo. Por no hablar aquí de los datos que recogía un reciente artículo publicado en Scientometrics, dedicado al análisis de la investigación que se realiza en España. Aquí, una vez más, las universidades canarias están a la cola del sistema universitario español (sobre el tema recomiendo leer el artículo que publicó Teresa González de la Fe en CanariasAhora, también disponible en el blog Ethica more cybernetica).
Ya va siendo hora de que l@s canari@s pidamos cuentas a quienes han estado gobernando nuestras islas durante tres largos lustros. Con las cosas de comer no se juega, y la Educación (desde la primaria hasta la universitaria) es el alimento de los pueblos que aspiran a progresar. En materia de Educación e I+D+i, Canarias está pasando hambre desde hace mucho tiempo. Ya va siendo hora de que las cosas cambien de una vez por todas. Nos jugamos no sólo el futuro laboral de la próxima generación, en un entorno tan competitivo como es el inminente Espacio Europeo de Enseñanza Superior. Nos jugamos incluso el futuro de nuestras universidades.