Investigar en España es llorar. Así tituló Marià Alemany un libro cuya lectura suelo recomendar a quienes no lo conocen, sobretodo a quienes todavía albergan alguna esperanza de que las cosas tienen alguna solución. Y si resulta difícil investigar en España para un Catedrático de Ciencias Experimentales, imaginemos para un modesto profesor no funcionario de Humanidades (Amenidades, como la llamaba un colega el otro día, a juzgar por el futuro que nos espera). No digamos ya para los becarios, ya sean predoctorales, postdoctorales, beneficiados de los programas Ramón y Cajal, Juan de la Cierva, etc., etc., etc.
Ayer sábado se manifestaron 1.500 becarios de investigación por las calles del centro de Madrid (ver nota publicada en la edición electrónica de El País), para reclamar al Gobierno de Zapatero que asuma sus promesas electorales y, de una vez por todas, mejore las deficiencias que presenta el Estatuto del Becario presentado hace unos meses. Como quiera que mis comienzos en la actividad docente e investigadora fueron como becario predoctoral, siempre he sido muy sensible a la penosa situación en la que se encuentra este colectivo, cuyo trabajo ha sido y es fundamental en el avance de la I+D+i de nuestro país.
Además, conozco a muchos becarios de investigación que, a diferencia de mí y de otros colegas, no han tenido la suerte de poder obtener una plaza de profesor y consolidar su situación laboral. Algunos de ellos, con más de 45 años de edad, siguen trabajando como becarios (a pesar de haber leído sus tesis hace más de 15 años), empalmando una beca vinculada a un proyecto tras otra. Les faltan veinte años para llegar a los 65 (la edad de la jubilación legal en España) y aún no han cotizado a la Seguridad Social ¡¡un sólo día de su vida!!. Otros amigos, que no han tenido tanta paciencia, han acabado abandonando y ahora trabajan en lo que pueden, por lo general en oficios que nada tienen que ver ni con la investigación ni con la docencia.
Se suele ajudicar a Enrique Tierno Galván la afirmación de que las promesas electorales se hacen para no cumplirlas. Yo espero que, en este caso particular, las promesas del PSOE se cumplan antes de acabe esta legislatura y que los retrasos se deban a los problemas que han lastrado la labor del equipo de la anterior Ministra de Educación y Ciencia. De lo contrario, el Gobierno habrá perdido una nueva ocasión para mejorar las condiciones de trabajo de miles de investigadores que, a diferencia de lo que creen muchas personas, no son profesionales "en formación", sino excelentes investigadores que, en muchos casos, cuentan con mejores CV que la mayoría de los investigadores funcionarios.
Si quieres solidarizarte con las iniciativas de los becarios de investigación españoles, puedes visitar su página web y firmar su manifiesto por la dignidad en la investigación.