domingo, noviembre 02, 2008

Emergencias en los Campus

El jueves 30 de octubre un coche cargado con explosivos saltaba por los aires en la Universidad de Navarra (ver noticia en El País). Por suerte no hubo que lamentar víctimas mortales, aunque sí una veintena de heridos leves, a los que hay que añadir la extensión del miedo y el terror (que es lo que suelen buscar los etarras que colocan estas bombas), entre los estudiantes y el personal académico y de gestión y servicios. Cualquier atentado de ETA es condenable, por lo que supone de atentado a la libertad de nuestros ciudadanos y de nuestra democracia, pero cuando se realiza en el interior de un campus universitario repleto de personas, a media mañana, hay que reconocer un plus de mezquindad en la acción cobarde de los terroristas. Por mi mente pasó la idea fugaz de qué habría podido suceder si el atentado se hubiese realizado en cualquier otra universidad española.
Como suele suceder en estos tiempos, la información se actualizaba en tiempo real en los medios de comunicación y diarios digitales, sin embargo, en la web institucional de la Universidad de Navarra se echaba en falta información al respecto. Y ello a pesar de que en esta Universidad, uno de los centros con mayor prestigio es, precisamnete, la Facultad de Comunicación. Aunque las páginas web de las universidades españolas han mejorado mucho en la última década, aún tienen mucho que aprender de las que poseen las mejores universidades norteamericanas y europeas. Y uno de los aspectos en los que tenemos mucho que mejorar es en la comunicación corporativa, así como en la comunicación interna y externa ante situaciones de crisis.
No estaría de más que nos fijásemos en lo que sucede en algunas universidades norteamericanas, que cuentan con web específicas de información en casos de emergencia y con unos protocolos específicos para gestionar la comunicación interna en situaciones de crisis. Ignoro si estas estrategias se han puesto en marcha a raiz de las recientes masacres ocasionadas por estudiantes que hacen uso de sus armas de fuego en el recinto universitario, pero en cualquier caso, creo que podrían servirnos de guía para intentar mejorar los flujos d einformación interna y externa de nuestras universidades.
Como muestra vaya el botón de la prestigiosa Universidad de Washington, una de las veinte mejores del mundo, según el conocido (y no menos controvertido), ranking Shanghai. Esta Universidad cuenta con un canal de información web para situaciones de emergencia, en formato blog, con un diseño muy claro y abundante información (enlaces y recursos) para cualquier situación de emergencia. Además de la posibilidad de actualizar la información de forma constante, los miembros de la comunidad universitaria pueden darse de alta en los servicios de alerta por correo electrónico y SMS a los teléfonos móviles. Precisamente el mismo 30 de octubre en el que estallaba la bomba de ETA en el campus de la Universidad de Navarra, una situación de emergencia se vivía en la Universidad de Washington, al quemarse a lo bonzo un antiguo profesor, que padecía algún tipo de trastorno mental. Un vistazo al blog del UW Emergency Site permite comprobar cómo ni siquiera una de las universidades más prestigiosas del mundo hace omisión de su obligación de informar ante una situación de crisis, por dramática que ésta sea. No sólo deberíamos fijarnos en los modelos de financiación y de gobernabilidad de las mejores universidades, por citar sólo dos de las cosas que, por ahora, parecen obsesionar más a algunos responsables de la política universitaria en España.

viernes, agosto 22, 2008

Vuelo JK5022: ¿Por qué?

El miércoles 2o de agosto de 2008 ha pasado a convertirse en una fecha que, para muchos, no será fácil olvidar. Es posible que el número de identificación del trágico vuelo Madrid-Gran Canaria de la línea aérea Spanair sí sea más fácilmente olvidable. No me consuela saber que los aviones son, y siguen siendo, el medio de transporte más seguro de cuantos utilizamos. Tampoco me consuela que, como ha recordado el Colegio Oficial de Ingenieros Aeroáuticos de España, el Aeropuerto de Barajas, el de mayor tráfico aéreo de toda España, haya vivido su último accidente grave hace 25 años.

Los accidentes aéreos, pese a que sean estadísticamente menos frecuentes que otros accidentes igualmente trágicos (pensemos en la sangría constante que suponene los accidentes de carretera en nuestro país), tienen un gran impacto para la población. Y este último nos ha tocado muy de cerca a los canarios. Entre otras cosas porque somos muchos miles de canarios los que utilizamos con relativa frecuencia los aviones para viajar y porque la tragedia que viven ahora los familiares y amigos de las víctimas nos afecta también a todos.

Es todavía demasiado pronto para saber qué ha pasado. Lo que muchos nos preguntamos ahora mismo es por qué ha pasado. Esa es la pregunta que se hacen los familiares y amigos de las víctimas, preocupados por las noticias que, desde el mismo momento del accidente, llegaban acerca de los problemas técnicos que había tenido el avión antes de su despegue.

Dejemos para más adelante lo que ahora importa menos y preocupémonos por darle el calor y la fuerza que necesitan los familiares y amigos de las víctimas, que han visto desaparecer de sus vidas, en un instante, a sus padres, hermanos, hijos, amigos. Cualquiera de nosotros podría haber estado dentro de ese avión y a todos nos gustaría que actuasen de esa forma con los nuestros.

jueves, julio 31, 2008

¿Efecto House?

Tengo dos hijas. La mayor dice que de mayor quiere ser profesora de Lengua (sic). La pequeña tiene un dilema: unas veces dice que quiere ser también profesora, pero otras veces muestra su preferencia por ser cajera de un Supermercado (la madre y yo estamos intentando averiguar por qué). Aún son muy pequeñas y, posiblemente, dentro de diez y doce años, respectivamente, cuando tengan qué decidir si quieren estudiar una carrera universitaria o qué hacer con sus vidas, sus intereses habrán cambiado mucho. Cuando yo tenía su edad no recuerdo bien qué quería ser de mayor. Por aquellos tiempos de crisis estructural no estaba de moda preguntar a los niños semejantes cosas, preocupados como estaban los españolitos de a pie por cosas más del día a día (como llegar a fin de mes o saber si la democracia iba a ser tan breve como los nostálgicos del franquismo esperaban). Ahora las cosas han cambiado y no es extraño que los padres y otros familiares estén encima de sus vástagos intentando llevarles por el buen camino, que es tanto como decir por la titulación universitaria de mayor futuro. Hace años, allá por finales de los ochenta y comienzos de los noventa,cuando los médicos tenían que ganarse la vida haciendo de representantes de laboratorios farmacéuticos, o dando clases de lo que podían en los Institutos, no eran muchos los que escogían la carrera de Medicina. Pero parece que los tiempos han cambiado. La falta de previsión del Ministerio de Sanidad y Consumo en nuestro país, que es tan endémica como algunas enfermedades, nos ha llevado, de nuevo, a un callejón sin salida: faltan médicos en el sistema sanitario (o al menos a esa falta se agarran los responsables políticos para justificar la pésima calidad del sistema), se importan médicos de otras nacionalidades (algunos de ellos necesitan intérpretes para entenderse con sus pacientes españoles), y las listas de estudiantes que se quieren matricular en las facultades de Medicina registran, curso tras curso, crecimientos espeluznantes, que contrastan con la exigua capacidad de acogida de algunas universidades. Este año no ha sido una excepción, como se puede leer en cualquier periódico de tirada nacional (como en El País), o en los medios locales (como en La Provincia/Diario de Las Palmas).
Lo malo de esta situación, que tiene muchos culpables y un excesivo número de actores, es que la mayoría de los estudiantes que se quedan sin la posibilidad de cursar los estudios de su elección (o de la de sus padres, que tanto monta), suelen achacar la culpa a las propias universidades, que en este caso concreto (y sin que sirva de precedente), no son precisamente las que mayor parte de culpa pueden tener. Y por si fuera poco, no hay cadena de televisión en España que se precie, ya sea pública o privada, que no emita una serie relacionada con la Medicina o los hospitales. Si hace años se habló del "efecto Lou Grant" para justificar el éxito que tuvieron los estudios de Periodismo en España, quizá no estaría de más pensar que sobre este particular, llueve sobre mojado.

lunes, junio 09, 2008

Resistencia al cambio en las universidades

Después de un largo, muy largo paréntesis, sin sentarme a escribir para mí y los cuatro (si llegan), que me leen, me decido a no dejar morir de inanición este cuaderno de bitácora. No por nada, simplemente para que estas Scripturae publicae no entren a formar parte de esas estadísticas que dicen que la mayoría de los blogs no pasan de los dos o tres años de vida, y eso cuando llegan a esa edad. Hay muchos temas que me han pasado por la mente para escribir algo, en los últimos meses, pero entre una y otra cosa, al final no he encontrado el momento de tranquilidad para redactar algo medianamente sensato, o cuando menos, sosegadamente escrito. Sin embargo, leyendo el diario El País de ayer, y los correos de algunos colegas escritos "a propósito de", no puedo dejar pasar la ocasión para reflexionar sobre lo que se está viviendo fuera y dentro de las universidades españolas en estos momentos de cambios, ante la inminente llegada del horizonte 2010.
Este sábado 7 de junio, una entrevista a dos páginas a Cristina Garmendia, nueva Ministra de Ciencia, Innovación y Tecnología, no parece haber ayudado a calmar los ánimos en algunos sectores del mundo universitario, que vive con cierta inquietud los cambios que se avecinan. El titular de la entrevista (Los apuntes van a desaparecer) oculta mucho más de lo que la entrevista ofrece, aunque sin duda cumple con el objetivo de un buen titular: captar la atención del lector. Y créanme que en mi caso lo consiguió. Y a juzgar por los más de 300 comentarios volcados en la página web de El País, a propósito de esta entrevista, creo que también supo captar la atención de otros lectores. Comentarios que, por otra parte, versan sobre los tópicos habituales en cualquier noticia que, sobre las universidades españolas (particularmente sobre las públicas), aparezaca sobre un diario.
En lo que a mí respecta, lo que más me preocupa no es que desde dentro de las universidades se quejen los inmovilistas de siempre (esto es, los que prefieren que nada cambie, menos su sueldo, que debe experimentar un constante crecimiento, y si es por encima del IPC, mejor aún), sino que desde fuera de las universidades se aproveche el debate para continuar arremetiendo contra el sistema universitario español. Ya vivimos una etapa muy dura con la puesta en marcha de la LOU, en 2001, cuando el profesorado universitario fue tratado de endogámico para abajo, como para pasar ahora por lo mismo, en esta ocasión con la defensa de las titulaciones que, desde hace unos años, experimentan una considerable pérdida de estudiantes en sus aulas. La excusa, en cualquier caso, no puede ser la desaparición de enseñanzas que cuentan con una larga tradición, no ya sólo en España, sino en cualquier nación de nuestro entorno. Sin duda, se avecinan tiempos apasionantes. Esperemos que la pasión no nos evite pensar con claridad. Mientras tanto, los nostálgicos por los apuntes podrán mirar los tiempos de Fray Luis de León, cuando tomar los apuntes dictados por el profesor, fuesen los que fuesen, era mucho más que una necesidad.