Como todos los años por estas fechas, se inicia en España el curso académico en todos los niveles educativos, desde la enseñanza primaria a la universitaria. Unos antes y otros después, por estos días se incorporan los nuevos estudiantes en sus respectivos cursos. Pero no es un inicio de curso como los anteriores. La crisis económica ha sacudido con fuerza las cuentas públicas y, una vez secados aquellos brotes verdes, los responsables políticos siguen recortando de donde ya queda poco que recortar. La Sanidad y la Educación, los pilares básicos de eso que nos explicaron se llamaba "Estado del bienestar", serán los grandes perjudicados de esta crisis. Varias Comunidades Autónomas ya han comenzado el desmantelamiento que hacía del sistema público de enseñanza uno de los principales activos de las diferentes regiones. El ejemplo de la Comunidad de Madrid y la polémica avivada por Esperanza Aguirre es solo un botón de muestra de lo que está por venir cuando el 20-N el Partido Popular culmine la Reconquista que ya inició en las pasadas elecciones municipales y autonómicas. En Canarias el inicio del curso ha sido inusitadamente tranquilo, por mor del pacto de gobierno entre CC y PSOE que ha permitido que este último dirija la cartera de Educación. Sin duda, la llegada del nuevo Consejero y su equipo han permitido un inicio de curso en Canarias sin sobresaltos en el que, además, se han impulsado medidas que, hasta hace unos meses, parecían impensables cuando dirigía la Conserjería una Milagros Luis Brito de la que ya nadie se acuerda.
Pero no nos llamemos a engaño. En solo unos meses el caldero empezará a subir de temperatura y, a finales de año, empezará a hervir. Las cuentas no salen y sobre lo recortado hay que recortar aun más. Si la parte del león de los presupuestos de la Consejería de Educación se los lleva el pago de las nóminas de los funcionarios y contratados, es evidente que empezarán las restricciones en materia de gasto de personal. No vayamos muy lejos en la búsqueda de posibles escenarios de conflicto, porque algunos ya empiezan a vislumbrarse en nuestras universidades. Después de varios años de incumplimientos por parte del Gobierno de Canarias en la financiación acorde con el contrato-programa firmado entre éste, la Universidad de La Laguna y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, los rectores empiezan a manifestar su preocupación por la imparable pérdida de financiación sufrida y por la que esta aún por llegar. A ello se suman las condiciones a partir de las cuales el Gobierno que entonces presidía en solitario Paulino Rivero apoyó la iniciativa del Campus de Excelencia Internacional de ámbito regional. Por no hablar de la errática política en materia de investigación que, desde la creación de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información, ha venido llevando el Gobierno de Canarias. Por desgracia para los investigadores de las universidades canarias, la ACIISI sigue desvinculada del ámbito universitario y la merma de recursos es imparable. En suma, se inicia el curso académico en el que con más rotundidad se muestran las evidencias de la profunda crisis económica que nos atenaza desde 2008, pero que está yendo mucho más allá, destruyendo lo que creíamos nadie podía arrebatarnos.
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