Ha pasado un mes desde mi última aportación a este cuasi abandonado blog. Debo confesar que, en más de una ocasión, intenté buscar un hueco para escribir sobre lo que ha sido mi principal ocupación en estos últimos treinta días. Pero me ha sido imposible hacerlo. Unas elecciones a Rector en la universidad española son, actualmente, más que un trámite burocrático. De ello pueden dar fe los colegas que, en las distintas candidaturas, han participado en las últimas elecciones a Rector de la ULPGC. Cuatro hombres y una mujer concurrieron finalmente a estos comicios. Por orden alfabético de su primer apellido, los catedráticos Olenka Bolívar Toledo, Santiago Hernández León, Pablo Martel Escobar, Jesús Pérez Peña y José Regidor García. Junto con ellos, medio centenar de profesores y profesoras, distribuidos entre las distintas candidaturas. Pocas veces se ha visto tanta actividad en la ULPGC. Los carteles inundaban los edificios y accesos en los distintos campus, los folletos se acumulaban estratigráficamente sobre los parabrisas de los coches... Por haber, hubo hasta dos debates entre los distintos candidatos. Al primero de los debates, convocado por ACAPIUN, asistieron los cinco candidatos. Al segundo, convocado por el Club Prensa Canaria, sólo asistieron los dos catedráticos que lograron pasar a la segunda vuelta. El resultado final ya es conocido, el pasado día 28 de marzo, José Regidor García venció en la segunda vuelta de las elecciones con una amplia mayoría, por lo que será el tercer Rector de la ULPGC.
En los últimos días he tenido ocasión de charlar con varios colegas que han participado en la campaña electoral de las distintas candidaturas. La impresión generalizada entre nosotros es que estas elecciones son una magnífica experiencia, que te permite tu Universidad conocer desde otra perspectiva. Y aunque alguno confesó que no volvería a intentarlo, no ha faltado quien se ve metido en esta tarea en la próxima convocatoria. Los porcentajes de participación, como suele ser habitual, han sido mucho más elevados entre el personal de la Universidad (ya sea docente e investigador, o de administración y servicios), que entre los estudiantes. Y ello a pesar del esfuerzo que todos los candidatos pusieron en orientar sus recursos (particularmente la cartelería y la página web), hacia la captación del voto estudiantil.
Mientras escribo estas líneas, algunas universidades (como la Carlos III de Madrid), están a la espera de finalizar las elecciones a Rector. Otras, por el contrario, acaban de iniciar el proceso (por ejemplo, la Complutense de Madrid) o lo harán en fechas próximas (la Universidad de La Laguna, por ejemplo). Otras, como la Universidad de Salamanca, acaban de cumplir el trámite. En todas ellas, la aplicación de los porcentajes de ponderación garantiza un mayor peso del voto de los profesores frente al de otros sectores de la comunidad universitaria (véase la interesante reflexión de un colega de mi Universidad a propósito de la participación en la primera vuelta de la ULPGC). Sólo en caso de un reparto casi equitativo entre los votos del profesorado y del PAS, el voto de los estudiantes puede ser determinante.
En cualquier caso, estas elecciones se puede perder (o ganar), por un puñado de votos. Sin ir más lejos, en mi Universidad pudo acceder a la segunda vuelta un candidato que aventajó al tercero en sólo medio punto, o lo que es lo mismo, por la diferencia de seis profesores funcionarios doctores (o su equivalente en votos en otros sectores). El caso más apretado que conozco se produjo en las elecciones a Rector de la Universidad de Valladolid, en mayo de 2006. El vencedor aventajó al segundo por sólo cinco centésimas. La diferencia entre ser o no ser Rector de la Universidad de Valladolid estuvo, en aquella ocasión, en el voto de un profesor funcionario doctor.
Mientras escribo estas líneas, algunas universidades (como la Carlos III de Madrid), están a la espera de finalizar las elecciones a Rector. Otras, por el contrario, acaban de iniciar el proceso (por ejemplo, la Complutense de Madrid) o lo harán en fechas próximas (la Universidad de La Laguna, por ejemplo). Otras, como la Universidad de Salamanca, acaban de cumplir el trámite. En todas ellas, la aplicación de los porcentajes de ponderación garantiza un mayor peso del voto de los profesores frente al de otros sectores de la comunidad universitaria (véase la interesante reflexión de un colega de mi Universidad a propósito de la participación en la primera vuelta de la ULPGC). Sólo en caso de un reparto casi equitativo entre los votos del profesorado y del PAS, el voto de los estudiantes puede ser determinante.
En cualquier caso, estas elecciones se puede perder (o ganar), por un puñado de votos. Sin ir más lejos, en mi Universidad pudo acceder a la segunda vuelta un candidato que aventajó al tercero en sólo medio punto, o lo que es lo mismo, por la diferencia de seis profesores funcionarios doctores (o su equivalente en votos en otros sectores). El caso más apretado que conozco se produjo en las elecciones a Rector de la Universidad de Valladolid, en mayo de 2006. El vencedor aventajó al segundo por sólo cinco centésimas. La diferencia entre ser o no ser Rector de la Universidad de Valladolid estuvo, en aquella ocasión, en el voto de un profesor funcionario doctor.
6 comentarios:
Cuando veo los anuncios que piden el voto para el todavía Rector me siento traicionado. Esta sensación la sentimos muchos que en su día lo apoyamos y que finalmente hemos ido entendiendo que sus esfuerzos en los últimos años más bien apuntaban a no quedarse “en la calle y sin llavín” como el mismo decía en La Provincia del 18/09/06 donde añadía que si “se adelantara la nominación de candidaturas antes de que acabe el mandato universitario, dejaría la universidad automáticamente porque eso si son cosas que no se pueden compartir”. ¡Nada mejor que la Historia para juzgar a las personas!
Comparto esa sensación de mal sabor de boca que nos queda después esta etapa que ahora termina.
Qué manera más poco decorosa de dejar la universidad (aunque todavía no la ha dejado). Lo bueno es que estas semanas de campaña viva , de animado debate, han hecho que casi ni reparemos en estos últimos coletazos del "en funciones".
Mis mejores deseos para esta nueva etapa.
Poco decorosa la forma de abandonar la universidad del anterior rector, aún hoy pegado con pegamento a su sillón... como poco decorosa ha sido toda su esperpéntica trayectoria, una vergüenza y una pena para la ULPGC. Ahora sólo esperemos que vuele el tiempo que falta para su próximo estrepitoso desastre electoral que a buen seguro contemplaremos no sin cierta sonrisa melancólica. La estampada que se va a meter en las elecciones al Cabildo va a hacer historia; será un batacazo de la justicia poética.
"que te permite tu Universidad conocer desde otra perspectiva."
Chacho, Manolo...!
Será que te permite conocer a tu Universidad desde otra perspectiva... ¿no? ;-))
Aprovecho para volverte a felicitar por el triunfo en las elecciones al rectorado de la ULPGC. En La Laguna están en puertas, como bien señalas. A ver qué sucede. En todo caso, creo que con Pepe Regidor y su equipo ha ganado la ULPGC y eso es lo bueno.
No dejes de contarnos tus experiencias desde el lado del poder. Serán jugosas. Un abrazo
Manolo cometiendo un fallo??? jejeje y sólo he tenido que esperar 9 años??? jejeje. Es broma, no te enfades, sabes lo mucho que te admiro.
Lo de Lobo dejo la sensación de vacío, de que se podía haber hecho otra cosa. Esperemos que Pepe Regidor sea un buen rector y de momento habra que darle un voto de confianza porque todo lo que he leido parece ser bueno. Un abrazo y saluda a Alberto Anaya
Lobo se quita ahora de enmedio alegando motivos éticos dada su condición e candidato-suicida de Corrupción Canaria al Cabildo (él aspiraba a Secretario General de la ONU, pero le han rebajado un poquillo la perspectiva). Sí, sí, ¿y por qué no dimitió antes?... ha estirado todo lo estirable el sueldito de rector y si ahora se va es por pura soberbia... el esperaba traspasar la finca a Olenka y eso de entregar los poderes a Regidor debe ser más de lo que su hígado de sátrapa puede soportar.
Publicar un comentario