sábado, julio 07, 2007

Cuando el patrimonio es un negocio

Desde hace meses no he parado de recibir correos electrónicos animándome a votar por la Alhambra para que este excepcional testimonio del pasado islámico de nuestro país se incorpore a la lista de las nueve siete maravillas del mundo. Reconozco que al primer correo no le presté la menor atención, pero después de recibir las nuevas remesas, me picó la curiosidad y empecé a investigar de qué iba a aquello. Pronto descubrí que se trataba de una nueva (y van no sé cuántas) iniciativa impulsada en nuestra aldea global, bajo la que se oculta el habitual negocio. Un multimillonario suizo, de nombre Bernard Weber, es el padre intelectual de la idea, que desde hace años ha impulsado una empresa de nombre New Open World. Y hoy, siete de julio de 2007 (el 7 del 7 del 07), en una ceremonia que se celebrará en Lisboa, se dará a conocer cuáles son las nuevas siete maravillas del mundo, a juicio de los millones de votantes que han apoyado a sus candidaturas. La web New 7 Wonders ofrecerá pronto esas nuevas maravillas, que a unos pocos llenará de gozo (al comprobar que su propuesta ha sido aceptada) y a otros, los más, de tristeza (ya que son una veintena las candidaturas "finalistas" que compiten por el "honor").
Ignoro si finalmente los votantes por la Alhambra (entre ellos el Presidente del Gobierno de España) se saldrán con la suya. Ignoro también cuántos de estos votantes son los mismos que han votado por tal o cual Triunfito, o por tal o cual habitante de la casa de Gran Hermano... Da igual, el caso es votar. A mí me gustaría que la gente votase más en las elecciones políticas (por ejemplo en las próximas previstas para 2008), pero sin duda esto último es más cansado. Votar a través de un SMS o de una página web es más llevadero. O como dicen, mola más. Aunque parezca increíble, instituciones como la Universidad de Granada, una de las mejores de nuestro país, no ha podido sustraerse de la presión mediática y ha incorporado en un lugar privilegiado de su página de inicio, un acceso directo a la web New 7 Wonders. Y ello a pesar de que la UNESCO ha dejado muy claro que no tiene nada que ver con esta campaña, a pesar de que en reiteradas ocasiones ha sido invitada a sumarse a la iniciativa.
Una vez más, confundimos el culo con las témporas. Porque ni la cultura, ni la protección del patrimonio, pueden confundirse con iniciativas como ésta, ni mucho menos, cabe acudir a la defensa de los valores patrios para animar a la gente a votar. En cualquier caso, algo hemos avanzado en España, si recurrimos a la fiebre patriótica para animar las conciencias colectivas en chorradas de este tipo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Venga Manolo, publica algo más que tenemos mono.